Pasó ya el partido y sucedió lo que no quería pensar que sucedería, terminó la copa del mundo para Argentina, y terminó de la peor manera.
El golpe es casi de knock out, haciendo alusión a las palabras del propio entrenador argentino, el shock quizás de estar rodeado de nuestros vencedores hace que esto se sienta más fuerte y el golpe se haya terminado de acusar anoche, luego del partido, cuando los nervios bajaron, la bronca se fué con la ducha fria, y las pocas ganas de hacer algo se apoderaron de mi.
¿Tanto puede afectar un resultado? La verdad que no esperaba nada de este torneo, pero cometí la equivocación de dejarme llevar por el caballito exitista de las victorias, del envión anímico, de ganarle a un par de selecciones, la mayoría sin historia de trascendencia en los mundiales, pero más allá de eso, de haber visto jugar un fútbol con cierto estilo, cosa que hasta antes del mundial, la selección no había logrado.
Las flaquezas defensivas, esas que todos vimos y resaltamos, hicieron que en el primer partido contra una delantera de peso, termine desmoronándose todo el aparato ofensivo, donde estaba el poder del equipo.
Y asi, poco a poco, gol tras gol, puñalada tras puñalada, se cumplieron los 90 minutos, para desatar la locura germana, que para esto si que son bien cálidos maldita sea. Podrían quedarse celebrando puertas adentro, ser frios como en todo lo demás, pero mierda que festejaron ayer. Dos horas de bocinazos, de cornetas, vuvuzelas, banderas, guirnaldas, musica, gritos y desde luego, cerveza. Mientras que con mis compatriotas caminabamos camuflados para evitar algún intercambio que hiciera desatar la sangre latina que llevamos dentro...
Y lo peor está por venir: tengo que ir al trabajo el lunes aún, donde allí sique saben todos que somos argentinos.
Pero sin hacer mucho más análisis, el resultado es lógico, seguramente demasiado abultado, pero los goles estuvieron ahi y hacen más mella aún al ser tantos. El resultado es lógico digo, pues Argentina llegó a los tumbos al mundial, y si basado en los resultados y los espectáculos que vimos en esa etapa, a uno le preguntaban como le iba a ir a la selección, no sabía muy bien que contestar, ya que con solo la mística o la presencia de un excelente jugador de futbol en el banco de entrenador, evidentemente no alcanzaba.
Y es ahí donde la lógica entra, la estructura alemana, el orden, la organización de un proceso que lleva años arrasó con la improvisación del proyecto Maradona DT que se impulsó con un afan de reverdecer la mística campeona de 1986.
Para entender un poco de este proceso organizado que lleva a los alemanes estar donde estan, pese a que muchos digan "mirá donde juegan sus jugadores y mirá donde juegan los nuestros", aquí les recomiendo una excelente nota de Enrique Fernandez Moores en el Diario La Nación: "Una nueva y noble Alemania", así como las crónicas de Juan Pablo Vasrky del mismo diario, en este caso: "Ojalá sirva la lección alemana"
Y asi, con pena y sin gloria, así como entramos a esta copa, nos fuimos, una vez más, con la cabeza gacha. No me había ilusionado con este equipo, pero para este partido me había permitido tener fe y esperar otra cosa. Me prometí no hacerlo más, me prometí no dejarme llevar por la ilusión más, nunca más subirme al carro de la victoria, al triunfalismo irrelevante, ya que evidentemente, el progreso es fruto de un proyecto, el cual, desde el vamos, sabemos que recién comenzó a aparecer en el primer partido con Nigeria, y en eso si, le doy la razón a Maradona: "...que se siga por este camino..." con orden, menos alboroto y menos amiguerío, aunque pensar esto es casi una utopía, tan solo basta con mirar el trono dirigencial.
Baldazo de realidad, a aprender a no reirse del vecino (Brasil) que luego el destino puede demostrarte que vos te podés ir igual o peor, y volver a pensar de nuevo en todo lo que el circo intenta tapar.