Para mi era ya inaudito que siendo argentino, teniendo la suerte de estar
viviendo en Europa por tantos años, aún no hubiera llegado a visitar el sur
de Italia, ese de donde vienen "los tanos", acrónimo de Napolitano, esos
sureños repletos de comidas y de gesticulaciones y de tradiciones que marcan
el día a día de nuestra manera de ser argentina, porque si hay algo que no
tengo en mis venas es sangre italiana, pero es imposible negar que el día a
día de la Argentina está marcado por tradiciones más bien italianas.
Con perdón de mis ancestros españoles, y mi familia española, es la pura
realidad, lamentablemente, no nos sentamos a comer paella ni zarzuelas en
familia, nos sentamos a comer pastas los domingos, o desde luego, asados.
Los sábados a la noche se come pizza o empanadas, y se consume el promedio
de kilos de helado más alto del mundo por persona.
Una cosa no quita la otra, tenemos tradiciones españolas, pero el día es
muy italiano, y tras darle bastantes vueltas, decidimos qué Sicilia era la tierra
indicada.
La grande Sicilia
Si ubican el mapa, la península italiana representa una bota, de esas
largas, y Sicilia es la isla que se ubica delante de ella, casi como la
pelota que la bota patea.
En mis sueños la recorrería en diez días, daría la vuelta a la isla,
pasaría por todos sus playas, pero me topé con la realidad de que uno se
enfrenta no solo a una isla realmente grande, sino que a la región más
grande de Italia.
Mi amigo Vincenzo ya se reía cuando le decía que en diez días haría la
vuelta, me decía que estaba loco, y gran razón tenía. Hubo que decidir,
partimos la isla a la mitad, y trazamos el plan, optamos por arrancar en
Palermo, teniendo a un palermitano cada día al lado mío hablándome maravillas de su
tierra, sus costumbres y sus comidas, y notando lo mucho que extrañaba estar
en su casa, me era imposible arrancar por otro lado que no sea
Palermo.
El recorrido se haría hacia el oeste, tratando de dar la vuelta y
estirarnos lo más posible, incursionar un poco en territorio del este, pero
sin matarnos a kilómetros, había que darse tiempo a disfrutar pero el plan
era ambicioso sin dudas.
Las diferencias entre el Este y el Oeste de la isla se marcan desde el
primer momento en el fútbol, el odio visceral reflejado en el clásico
Palermo contra Catania oculta otros factores muy de fondo.
Se considera el Este de la isla, el trío conformado por Catania, como
ciudad mayor, ubicada entre Messina y Siracusa, como una región con más
poderío económico.
El oeste, más alejado del continente, es el más humilde, y el centro de la
isla no tiene comparación, se trata de campos y pequeños pueblitos.
Pero factor económico poco tiene que ver con la belleza de los paisajes,
quedándome aún por visitar el eje del Este de la isla, puedo reconocer que
las imágenes que se ven son bellas ciudades, pero dentro de la si se quiere
humildad del sector oeste, los paisajes, simpleza y riqueza cultural y
gastronómica no tienen nada que envidiar.
Riqueza
Hay que decirlo como és, Sicilia es rica. Tal vez no tanto por su poderío
económico, de hecho es una región catalogada de riesgo en cuanto a los
índices de pobreza, pero es innegablemente rica en historia, cultura,
tradición y arte culinario.
Esto se debe a la estratégica ubicación geográfica en el medio del Mar
Mediterráneo, es parte tanto del sur de Europa, tanto como puede decirse que
es el norte de África, y a los fértiles campos y minerales que en la isla se
consiguen. Fué un pasamanos de reinos y poderes a lo largo de la historia.
Desde los Fenicios, los Griegos, Cartaginese, desde luego los Romanos,
vestigios de los Godos, luego los Bizantinos y posteriormente los
Sarracenos, creando un emirato en la isla que perduró durante varios siglos,
hasta que los poderosos de la isla contrataron mercenarios Normandos para
ayudar a expulsar a los arabes, cosa que ocurrió, pero, muy resumidamente,
los Normandos no se fueron y se quedaron en poder de la isla.
Esto se extinguió cuando en la edad media, los casamientos entre familias
poderosas hiciera que la isla quedará bajo el poder de una familia real
alemana, los Hohenstauffen, pero en sus conflictos con la religión, el
"diablo" mete la cola, el papado hizo de las suyas y tras idas y revueltas,
la isla pasó a ser parte del Reino de Aragón.
Saltándome muchos detalles en estos pasamanos de dominio del territorio,
cuando el señor Napoleón comenzó su campaña expansionista, Sicilia sirvió de
refugio para el rey aragonés, y fué bastión donde se lanzó la guerra
napoleónica para expulsar al reinado de los bonaparte de Nápoles, volviendo
a reunificar reinos posteriormente.
Las idas y vueltas de la isla acabaron con la revuelta que bajó desde el
norte liderada por Giuseppe Garibaldi, quién enarbolando una bandera de
igualdad para los sicilianos en un reino italiano, logró que se le unieran
en apoyo a la expulsión borbónica, pasando finalmente Sicilia a formar parte
del Reino de Italia en 1861.
Esto significó el fin de las idas y vueltas, pero lo que muchos sicilianos
consideran como resultado de esta obra, fué que se trató de una conquista de
la isla por parte del norte, volviéndose a una economía que empobreció a la
población, y no faltan alusiones del daño que causó este personaje Garibaldi en
conquistar la isla.
Siamo arribati
Hay que decirlo, porque los porteños se deben pensar que Palermo es ese
lugar en la Capital Federal, donde hay negocios chic, bares donde beber
cocteles de autor, gente cool, y precios desorbitados de viviendas, al punto
que en algún momento, con tal de incrementar el valor de las viviendas, los
barrios de alrededor comenzaron a utilizar el nombre para rascar parte del
éxito.
Palermo, el verdadero, es una ciudad costera en la hermosa Sicilia. Su
belleza se contempla apenas aterrizar el avión en el distance
Aeroporto di Palermo
, cuya pista se extiende a orillas del mar, con un risco a un lado que le da
una peculiar apariencia. Sinceramente ni bien aterrizar me quedé
deslumbrado.
Y si llegas en septiembre, ten en cuenta que hace calor, mucho calor. El
norte de África se hace notar y desgraciadamente en la mochila solo
cargaba una bermuda y el traje de baño, la bermuda fué mi pantalón durante
diez días. Apenas si usé uno de los jeans que había llevado. Gran
error.
Trasladarse desde el aeropuerto a la ciudad es cuestión de conseguir
un billete en el bus
Prestia e Comande que va y viene desde el centro con diversas paradas en el camino.
El billete se puede comprar por internet, pero en nuestro caso no lo
teníamos muy claro y lo compramos en los mostradores a la salida del
aeropuerto a metros de la parada, se paga en efectivo o con tarjeta, o bien
en el autobús directamente. A la fecha, el costo era de 10€ ida y vuelta, o
6€ sencillo.
Dejas el equipaje en la bodega, te lleva los de valor arriba y te pones
cómodo, que el chofer y el tráfico italiano se encargan de hacer el viaje
divertido durante la aproximadamente media hora que toma el viaje hasta la
Via Vittorio Emanuele, una de las peatonales más importantes de la ciudad
(casi como la San Martín de cada pueblo en Argentina).
Bajamos y tras unos líos con el equipaje, nos dimos cuenta con otro
pasajero que yo había tomado su mochila por error, era igual a la mía, y no
solo que resultó que no era su mochila, sino que su mochila por error la
había tomado alguien que había bajado antes, quiere decir que en la bodega
había 3 mochilas iguales. Una desgracia con suerte para mi, porque
tranquilamente podría haber sido mi mochila la que se perdió. Gran falencia
del sistema de transporte en bus de media y larga distancia en Europa, en
todos lados donde viajé ocurre lo mismo, el equipaje se despacha pero no se
etiqueta y da lugar a estas cosas.
Mediodía. Calor. Via Vittorio Emanuele. Turistas yendo y viniendo
escondiéndose del sol. Nuestro alojamiento estaba a 3 cuadras, y
debíamos esperar a Fabrizzio nuestro anfitrión, que nos sugirió esperarlo en
un bar que estaba a la esquina, panadería, almacén, de todo un poco, pedimos
agua y nos sentamos, nos pusimos a charlar, por un instante sentí que
charlaba con un argentino, pero cuando le hablaba en castellano no me
entendía nada. Poco a poco fuí tornando involuntariamente mi acento a italiano, causando
risa a mi mismo, como si al pronunciar con acento me entenderían mejor.
Mejor usar las manos!
Fabrizzio llegó, enfundando una camisa negra medio desabrochada, con sudor
en la frente,avergonzado por no hablar español, pero le pedíamos que nos
hable en italiano mientras nos guiaba a la casa, un misterio irresuelto,
parecía un laberinto dentro de un convento, subimos escaleras gigantes, que
luego se hicieron pequeñas y daban vueltas hasta el departamento en las
alturas, caluroso pero cómodo y claramente, daba a una callejuela pequeña
pero ruidosa. Italia. Sicilia. Ruido.
Tres días en Palermo
Como bien lo dice el título del post, Palermo no es un barrio. No es
pequeño, y si te interesan los detalles tienes aquí para una semana entera.
Hablando con cualquier palermitano de ley no dejará de decirte que no te
alcanza el tiempo para ver todo lo que la ciudad tiene, y la realidad es que
en gran parte tienen razón, ocurre que uno en modo visita hace mucho en poco
tiempo y disfruta de cosas de otro modo.
Palermo céntrico, el llamado histórico, está compuesto por una cuadrícula
de 4 barrios, Monte di Pietá, Albergheria, Kalsa y Castellomare. Si te
alejas un poco hacia el norte, te encuentras con Borgo Vecchio en la zona
del puerto. Pero la mayoría de los recorridos los harás por los 4 primeros,
cada uno con su particularidad.
Entre esa cuadrícula, hay dos peatonales principales, las recorrerás más de
una vez, y recomiendo ampliamente hacerlo de punta a punta, animándose a
salirse de la calzada y metiéndose en las laterales. Ya sabes, el secreto
nunca está donde las luces, sino a la vuelta.
Por un lado, la Via
Vittorio Emanuele, se podría decir que la más importante. Su recorrido va desde el Parco de
la Salute a orillas del mediterráneo, atravesando todo el corazón de la
ciudad hasta llegar en su otro extremo en la Porta Nuova junto al Palazzo
dei Normani, lo que viene a ser el castillo de Palermo.
A lo largo del trayecto encontrarás no solo lugares para comer, tomar tu
spritz, o disfruta de helados, sino también con la imponente
Cattedrale di Palermo, un edificio que data del siglo XII con un estilo único fruto de la
combinación árabe-normanda que la hizo valedora de ser considerada
Patrimonio de la Humanidad.
Un detalle no menor para las mujeres que quieran ingresar, no
pueden llevar mini shorts ni faltas cortas, y deben cubrirse los hombros!!!
En pleno siglo XXI no lo podía creer, pero siendo justos, la catedral vale
mucho más por lo que se ve de afuera que por lo que luce adentro.
Otro hito relevante del recorrido por la peatonal es el cruce con la Via
Maqueda, que se da en el mítico
Quattro Canti, es una plaza especial en el cruce de las calles enmarcada entre 4 fuentes
sobre 4 fachadas que parecen similares pero contienen figuras de los 4 reyes
españoles de Sicilia y de los 4 patrones de la isla:
Cristina,
Trifón,
Agatha
y
Olivia. En esta plaza es común encontrar mucha policía custodiando, pero también
artistas que se ubican para cantar aprovechando una acústica y aura especial
que tiene el lugar.
Aprovechando el cruce con la
Vía Maqueda, hacia el norte se trata de una vía comercial repleta de opciones de
comida al paso y lugares de venta de souvenirs y ropa, intercalados entre
algunas iglesias antiquísimas pero se podría decir que es de las más
transitadas. Culmina su recorrido en la Piazza Giuseppe Verdi al frente del
imponente
Teatro Massimo.
En su otra dirección se pone interesante, merma la actividad comercial dado
que ya deja de ser peatonal, pero inmediatamente al sur de Quattro Canti nos
encontramos con la bella y fotogénica
Fontana Pretoria
situada frente al Palazzo Municipale, entre el Palazzo Bonocore y los
laterales de la Chiesa de Santa Caterina de Alessandria y la Chiesa de
San Giuseppe dei Padri Teatini, esta última, pequeña, sin tanta prensa, pero en el interior, me pareció
mucho más imponente que la mismísima catedral.
Ahora que ya les presenté las principales arterias del centro histórico, lo
que sigue es dejarse llevar y perderse por las callejuelas y laberintos con
sus peligros incluidos de todo lo que está entre medio.
Para esto hay que tener siempre en cuenta dos cosas, Sicilia es una región
económicamente pobre en Italia pese a toda la riqueza que contiene, y por
sus calles pasa de todo un poco, Palermo también tiene zonas en las que se
palpa el peligro o más bien la sensación de que allí hay necesidades, pero
también hay humildad entre la gente, y siendo sinceros, habiendo recorrido
de noche por fuera de las calles iluminadas, se siente ese interrogante de
si estará bien lo que hacés pero nunca pasó nada. Como siempre digo, hay que
ir atento y firme, siempre abierto a las cosas buenas y sabiendo que cosas
malas pasan en todos lados, aclaro esto porque en alguna ocasión nos dijeron
"vuelvan temprano porque este barrio es peligroso" y nosotros ya lo habíamos
recorrido la noche anterior.
Concretamente hablo de Kalsa. El barrio tiene algún sector que puede hacer temer problemas, hay gente viviendo en la calle y edificios derruidos o
semi derruidos. Ha sido una de las
zonas más bombardeadas (link en inglés)
durante la Segunda Guerra por la Royal Air Force y por la fuerza aérea de
Estados Unidos, y quedó en ruinas por muchos años, siendo ocupado por
squatters que aún persisten.
Así como digo esto, también hay que decir que en medio del barrio existe un
sector gastronómico bastante activo, en el corazón está la Piazza Maggiore
con la abandonada Chiesa di Sant'Euno e San Giuliano en su centro, rodeada de lugares para
comer y beber algo. Y bien abajo en la costa, se encuentra uno el Foro
Itálico, un parque enorme precedido de edificios antiquísimos en
estado de dudoso mantenimiento que contienen hoy restaurantes y bodegones.
En la sección comida hablaré más sobre estas opciones perdidas por la
ciudad.
Ya que nos ubicamos en Kalsa, imposible dejarse tentar por entrar en alguna
iglesia. Siendo de noche estaban algunas de ellas abiertas, y sentimos el
llamado de la curiosidad, porque estaban muy decoradas e iluminadas, ya que
pronto habría celebraciones y si hay algo que en Italia se celebra y mucho
son todos los santos habidos y por haber. Entramos, la gente en la recepción
nos invitaba a lucir la belleza de la decoración, era imposible resistirse a
la abuela invitándonos a pasar. Recorrimos la iglesia con una
decoración de gala, iluminada para la ocasión, perfumada con mil velas que
hacían difícil respirar y al salir, casi como un peaje la misma señora
nos extendió la canasta para que dejemos la donación. Me recuerdo la
sensación y me rió en este momento, tanto como en aquel al salir,
conclusión, no se dejen encantar por la dulce abuela siciliana.
Para cerrar con el área de Kalsa, visiten desde luego el Foro Itálico,
recorran la costa, lo estaban mejorando y había obras en ese entonces así
que imagino que ya estarán concluidas para cuando escribo. Por otro lado, el
parque botánico o Via Giulia es digno de visitar, gratuito y contiene
cientos de especies de todo el mundo, además de unas sombras que en los
días de intenso sol se agradecen y muchos gatos dando vueltas. Y ya que
estamos hablando de parques, el que recomiendo visiten pero es más bien una
plaza, al final de la Via Vittorio Emanuele, se encuentra el
Giardino Garibaldi, a priori no dice mucho, es una plaza algo oscura rodeada de
algún palacete, teatro y lugares para comer con cierto nivel, pero
dentro del parque encuentran algo bastante llamativo: unos gigantes e
imponentes ejemplares de
Ficus Macrophylla.
Salimos, otro día, ya de mañana, esta vez no le tememos a la oscuridad y
buscamos un lugar donde desayunar pero no aparece, compramos un café al paso
y nos perdemos entre iglesias y viejas mezquitas convertidas en iglesias.
Seguimos buscando sabiendo que por allí entre algunas calles estaría el
famoso
Mercato Ballaró (link en italiano, imperdible el audio de la
atmósfera), nada más y nada menos que una enorme feria de mercaderes al aire libre
donde conseguir fruta, verdura, queso, carne, plantas, pescado, de todo y
más. No es itinerante, permanece de manera permanente en el lugar, las
calles cortadas y si algo que uno se imagina de un mercado y en italia, este
es EL lugar, de lo más auténtico que puedes encontrar, aunque si bien tiene
referencia turística el impacto visual y como experiencia me llevó a los
viejos años en casa yendo a la feria con la abuela en Palomar.
Lo que sigue una vez que se cansen del mercado, es caminar y perderse,
puede ser un riesgo, pero no más que no encontrar la salida, o bien
encontrarse con una brasilera que habla castellano y toma mate, en la
entrada de un palacete donde aún vive la familia pudiente que lo regentea y
te invita a una recorrida guiada por la casa del siglo vaya uno a saber
cuanto. Y como siempre, en la charla sale el tema de los argentinos que hay
tantos en Sicilia, van 6 meses a buscar los papeles de sus antepasados para
luego emigrar. Una realidad para los nativos sicilianos también, no es fácil
permanecer ante la falta de oportunidades.
Ese mismo día terminamos bastante más alejados, y creo que en el peor
día y peor momento del día, en un momento que sol enceguece llegamos al
Giardino della Zisa, antesala del
Castello de la Zisa, otra de las joyas arabe-normandas de la ciudad que lamentablemente estaba
cerrado, y para más lamento aún el giardino que suele tener un hilo de agua
que lo recorre de arriba abajo, estaba seco. Atrapados bajo el sol!
Me doy cuenta que esta sección se está haciendo enorme y aún así me siguen
quedando lugares por contar, voy a tratar de desglosar en otras secciones,
les doy una pausa.
Si hace calor, a la playa!
La ciudad da a la costa, pero en cierto modo le da la espalda. Si bien el
Foro Itálico estaba siendo reconvertido, no deja de ser un parque sin acceso
al agua.
En este contexto,
Mondello (link en inglés)se establece como la playa de referencia para los palermitanos. Es un
barrio, si se quiere turístico, se extiende hacia el norte de la ciudad,
protegida entre el
Monte Pellegrino (enlace en inglés)
y el montículo que se erige en Capo Gallo.
Sobre la bahía se extiende una playa de arenas blancas y finas, con aguas
cristalinas y aguas tranquilas con apenas algunas olas que denotan que se
trata de un mar.
Siendo mi primera incursión playera en Italia me llamo la atención la
disposición de la gente ocupando un espacio relativamente pequeño de la
playa, ya que a contraste con las playas catalanas, aquí existen sectores
privados bastante marcados, con pintorescas casitas de madera para
cambiarse, y desde luego reposeras, sombrillas y todo lo que uno necesite,
se lo alquilan.
El día acompañó, pero se nos hizo algo tarde, alcanzó para meternos un par
de veces al agua y disfrutar del sol antes que se nos lo queden las
nubes.
Para llegar a Mondello hay que viajar en bus desde el centro de la
ciudad, el billete se paga en el bus aunque el viaje es algo tedioso, ya que
no hay un bus directo, hay que combinar aunque se paga una sola vez y se
demora casi una hora.
Desde Vittorio Emanuele y Via Roma, se puede tomar uno el 106 hasta el
Giardino Inglese y combinar en la misma parada con el 806. La vuelta es más
fácil, se toma uno el 806 y se baja donde le parece conocido. De cualquier
forma, en ningún sentido hay chance de perderse! Para un lado uno se baja
cuando ve la playa, y para el otro, cuando ve que está cerca del centro y
cree que puede caminar o eventualmente, combinar.
Hay dos playas extraordinarias más que puedo recomendar, y que
también son muy disfrutadas por los palermitanos, aunque quedan algo más
lejos en el mapa,
Cefalú, a 70 kilómetros de Palermo hacia el este, una playa por excelencia y un
lugar fantástico para visitar. Se dice que es donde los palermitanos con
dinero viven, pero la verdad es que es un hermoso lugar, antiguo, con unas
playas preciosas. Se accede en tren o en bus, pero para nosotros representó
el final de la recorrida siciliana, ya que fué el último punto del circuito.
Lo recomiendo ampliamente si pueden escaparse hasta allí.
Un poco más lejos y para el otro lado, ya la vecina Provincia de
Trapani, a poco más de 100kms se encuentra lo que a mi criterio fue la mejor playa
que visité en mi vida,
San Vito lo Capo. Un poco más aislado para llegar en transporte público desde Palermo, es
mejor contar con coche, el viaje con calor se hace tedioso pero la
recompensa de llegar y disfrutar de esas aguas transparentes contrastando
con las montañas al fondo lo vale. Eso si, aquí ya hablamos de un lugar
remoto, por ende con otros costos asociados, pero vamos, que si estamos
recorriendo Sicilia en verano lo vamos a disfrutar.
Qué no debes dejar de comer
La comida italiana debe ser de las mejores del mundo, y me atrevo a
decir que la siciliana es la máxima expresión. En cada rincón se
encuentra uno con algún sabor conocido que lo deposita en algún remoto
recuerdo de la abuela, propia o ajena, en Argentina.
Tenía preparado un listado de lugares para visitar, tan detallado que no
tuve tiempo de siquiera pasarlo en limpio. No solo se trataba de qué
comer, sino que para cada comida existe "el" sitio donde buscarla, el
lugar específico.
Siendo una isla existe una gran variedad de peces y sabores marinos, pero
Sicilia es mucho más que una simple isla, cuenta con un territorio muy
amplio por lo que estos sabores marinos se mezclan con delicias que salen
de la propia tierra.
Estamos en Italia, la pizza es un clásico, pero aquí además de la variedad
napolitana o romana, tendrás Sfincione, una pizza cuadrada de masa
completa, muy parecida a la variedad que se encuentra en Argentina,
que se vende también en la calle
y es muy demandada en la previa de los partidos del sufrido equipo local. Y si hablamos de comida en la calle,
todo se vende cantando y gritando en Sicilia.
La comida callejera de Palermo mantiene la línea de la variedad cultura, y
si hay algo exclusivo de esta ciudad que hay que probar es el llamado
Pani ca meusa el estereotipo de comida callejera palermitana, de raíces desde luego
humildes, se trata de vísceras de
pulmón y bazo de la vaca, triturados y guisados con especias y queso
que se vende en modo de sandwich. El lugar específico es el local de
Nino u Ballerino donde desde luego pueden probar otros sabores callejeros,
pero también sobre la calle Vittorio Emanuele por la noche se puede
encontrar vendedores ambulantes que ofrecen este producto. Personalmente
lo he probado, porque, es parte de la cultura, pero no se si lo repetiría.
Desde luego es algo accesible, y abstrayéndose de lo que contiene, el
sabor es único.
En la misma línea de comida callejera, a escasos metros de la Vitorio
Emanuele y via Roma, se encuentra casi escondido en un bajo entre
edificios el
Mercato Vucciria, que de día hace honor a su nombre,
pero de noche se reconvierte
en un apartado gastronómico callejero. Centenas de personas apiñadas en
búsqueda de algún sabor tradicional ofrecido por los vendedores ambulantes
que varían desde pescados o mariscos, siempre fritos. Aquí sin saber nos
jugamos por alguno de los puestos, y no sin esperar bastante, conseguimos
nuestra ración de Panelle e Croché, otro típico plato de la tradición
humilde palermitana. Los primeros, unos pequeños pequeños de harina de
garbanzos que se sirven fritos, mientras que los segundos son croquetas de
papa, desde luego, fritas.
Gran parte de la tradición gastronómica siciliana se basa en la fritura.
Algo que no se puede dejar de nombrar es algo que ya ha trascendido
fronteras, a estas alturas una tradición como las empanadas en Argentina
que ha calado hondo en otros países. Estoy hablando señores de la muy
famosa
Arancini, esa bola de arroz cocido con azafrán, rellena de sabores varios, carne,
quesos, berenjena o diferentes variantes, que desde luego se fríen en
aceite de oliva y se comen a toda hora! Uno ve a la gente en la calle a
cualquier hora clavándose una arancini como si fuera una manzana. Son muy
consistentes y sabrosas, y desde luego hay donde comer las mejores, en
este caso, podemos hablar del
Bar Rosanero y del
Bar Touring, uno frente al otro en frente a Via Giulia, el Orto Botánico de la Cita,
en la entrada de Kalsa.
Ahora bien, hablamos de comida callejera pero poco de comida de
restaurante. Es que sinceramente en Palermo los sabores se degustan en la
calle. Nos cansamos de comer todo lo que arriba menciono, acompañado de lo
que abajo seguiré mencionando que no es poco! Pero si de un restaurant o
más bien bodegón he de hablar, es de un pequeño lugar casi escondido que
abre en horarios muy extraños, una joya de la gastronomía local, la
Tratoria Al Vecchio Club Rossanero donde no esperes una carta actualizada, donde los mozos no te van a
tener la paciencia del mundo, pero si no te dejás amedrentar, vas a poder
disfrutar de entre otras cosas, deliciosa pasta con Pez Espada y Melanzana
(Berenjena) dos manjares de la gastronomía siciliana, la última presente
en casi todos los platos y el pez, una particularidad que descubrimos in
situ y nos entregamos a disfrutar.
Y ya que ponemos berenjenas en la mesa, no deben dejar de probar la
Caponata di Melanzane.
Y ya hablamos de lo salado, ahora debería abrir otro post para hablar de
lo dulce, porque puedo extenderme horas sobre ellos, ya que la variedad y
sabores es inagotable.
Comienzo por la Pasticceria, básicamente esos lugares donde al acercarse
uno no va a dejar de abrir la boca por el detalle, por los colores que
irradian las delicias que se muestran en las vitrinas. Pasticceria
significa pastelería, pero en su amplio espectro incluye variaciones, lo
primero que se me viene a la mente es la
Casatta, algo que había oído mencionar tantas veces pero nunca había visto hasta
que Vincenzo trajo de recuerdo en una de sus visitas a su tierra. Una
torta de ricotta, pero no de esa ricotta que conocés del almacén o del
supermercado, es otro tipo de ricotta, cremosa, con incluso chocolate o
detalles dentro, suave, recubierta delicadamente por glaceado de
diferentes colores y fruta abrillantada. Una bomba calórica digna de un
pico glucémico que te vuelve adicto.
Lo inmediatamente seguido e imperdible, el famosisímo
Cannolo, este si ya lo tenía visto de algún lado, una especie de canelón de masa
rígida relleno de ricotta, otra vez, esa ricotta que no es como la que te
imaginás, es más suave y deliciosa. Y para esto, puedo recomendar Pasticceria Costa, la cual entre varias sucursales una se encuentra a pasitos de Quattro
Canti es de donde se hacía traer los cannoli el tristemente célebre
Silvio Berlusconi
cuando era Primer Ministro.
Algo liviano para el desayuno, es sentarse a tomar un rico capuchino, algo
también destacable del lugar, el sabor del café, y pedirse una Iris, algo
así como una bola de fraile, tamaño de una arancini, de masa rellena de
ricotta con pasas y chocolate, desde luego, frita. Si mi memoria no me
falla, el mejor lugar para disfrutar de una excelente iris es la
Pasticceria Massaro que queda algo lejos del radio céntrico pero te queda cómodo cuando
visites el Palacio Normando. Además sirven helado y si hablamos de helado
en Sicilia párrafo aparte.
Il Gelatto
Señores de pié, voy a hablar del Helado Siciliano, y si, lo pongo con
mayúsculas porque lo merece. Es por lejos el mejor helado que haya
probado, todos los demás helados derivan de este no tengo dudas. Cualquier
heladería debo decir que supera ampliamente al 90% de heladerías
españolas, y de esta manera el helado italiano sigue siendo en mi
escalafón el mejor del mundo, seguido del argentino que tomó su herencia y
la adecuó a la realidad sudamericana.
El consumo promedio de helado en Argentina debe ser de los más altos del
mundo, y veníamos con una necesidad muy fuerte de compensar esa carencia
que no logramos cubrir en Barcelona. Palermo, y Sicilia fueron la excusa
para nivelar la balanza.
Descubrimos la brioche, algo que a priori puede sonar un poco raro pero
que al darle una oportunidad se descubre que vale la pena. Es un trozo de
pan muy esponjoso y dulce que se abre al medio y se rellena con helado
cual sandwich, pero no solo eso, es tan tradicional que cuesta en
comparación muy barato y la cantidad de helado que lleva es abusiva.
Descubrims que una brioche costaba 2.5 euros y se rellenaba con dos
cucharadotas de helado con sabores a elegir, mientras que cada tarrito con
apenas dos bolas de helado costaba lo mismo. Desde ese descubrimiento, no
paramos de pedirla, a razón de una por día, al menos compartíamos para
"ahorrar calorías".
Lo único que le falta al helado italiano para ser perfecto, es tener sabor
Sambayón entre sus sabores, algo curiosamente que consideramos muy italiano los
argentinos, pero que en Italia no se consigue. El Dulce de Leche vendría
bien también, pero puedo sobrevivir sin él.
Me faltaría destacar las heladerías pero, a estas alturas, puedo decir que
todas valen la pena. Habiendo pasado ya un buen tiempo de este viaje no
tengo una que destaque sobre otras solo recuerdo la cantidad de buen
helado disfrutado, y puedo decir que en dos heladerías de la mismísima
Vittorio Emanuele,
Gelateria Al Cassaro
es la primera que verán al entrar desde vía Roma, y al final de la
peatonal también encuentran
Lateppa in citta, pero menciono estas dos por decir dos que recuerdo haber consumido,
sinceramente creo que heladerías en Sicilia abundan, y como buen amante
del helado solo recomiendo probarlas!
Dentro del rubro helados si se quiere, cae algo tradicional siciliano,
la Granita, algo así como un sorbete muy ligero, con un granulado más pequeño que
el que estamos acostumbrados. Siendo algo que en general no
consumimos, no nos llamó tanto la atención pero nos queda como excusa para
la próxima visita.
Cómo siguió el recorrido?
El recorrido siciliano no concluye en Palermo, desde luego que no puedo
seguir añadiendo líneas a este de por si ya extenso post, pero un viaje a
la región más grande y tal vez más "rica" de Italia merece planificación,
dedicación y tiempo. Por suerte no es de los lugares más costosos para
visitar y se deja disfrutar.
Dejo aquí debajo un itinerario que seguimos los días posteriores para que
sirva de guía, con la esperanza de poder seguir redactando líneas sobre
esta maravillosa aventura que tuvo lugar hace casi un año pasando por:
Palermo, San Vito Lo Capo,
Trapani,
Erice,
Marsala,
Mazara del Vallo,
Parco Archeologico di Selinunte,
Porto Empedocle,
Ragusa
y
Cefalú.
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